La educación tiene que ser plural, debe promover la libertad de pensamiento, ser neutral frente a las religiones y dotar al alumno del equipaje intelectual que necesita para reflexionar en libertad y llegar a sus propias conclusiones, así es la educación francesa, la que reciben mis hijos y sus colegas, y que yo miro con sana envidia y a destiempo, porque no se parece en nada a la educación católica que recibí yo, que probablemente se parece a la que recibió usted, y que sigue siendo hasta hoy básicamente la misma, una educación secuestrada por el temor a Dios, donde razonar es menos importante que memorizar, donde la creencia tiene mucha mayor jerarquía que el escepticismo y el rebaño vale más que el individuo (…)
¿Debería la iglesia, esa institución que está cada vez más fuera de este mundo, tener semejante injerencia en la educación de un país moderno, industrializado y europeo? “Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado”, decía Unamuno, y conviene recordarlo (…)
Jordi Soler. Ensayos Bárbaros
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