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Brown invoca el liderazgo compartido frente al auge de los autócratas

MADRID (ESPAÑA), 12/06/2018.- El historiador y profesor de Ciencia Política de la Universidad de Oxford Archie Brown advierte de que el "liderazgo compartido e inclusivo es ahora más necesario que nunca, en pleno auge de los autócratas". En una entrevista con Efe con motivo de la presentación en Madrid de su obra "El mito del líder fuerte" (Círculo de Tiza), Brown reitera que los líderes que no se someten al escrutinio de la opinión pública, ni admiten argumentos de sus compañeros en el gabinete son los que cometen mas errores. EFE/Alfonso Bauluz de la Iglesia

El historiador y profesor de Ciencia Política de la Universidad de Oxford Archie Brown advierte de que el «liderazgo compartido e inclusivo es ahora más necesario que nunca, en pleno auge de los autócratas».

En una entrevista con Efe con motivo de la presentación en Madrid de su obra «El mito del líder fuerte» (Círculo de Tiza), Brown reitera que los líderes que no se someten al escrutinio de la opinión pública, ni admiten argumentos de sus compañeros en el gabinete son los que cometen mas errores.

Y algunos, recuerda, «son fatales».

Como los que perpetró Mao Tse Tung cuando impulsó en China el «Gran salto adelante» y su «Revolución Cultural» que -como subraya- tuvieron decenas de millones de muertos como trágica consecuencia.

Pero entre esa «gerontocrática dirigencia» China encuentra en Deng Xiaoping un líder que forma parte de la categoría de transformador.

Además de tener un talante conciliador, explica, huyó del culto a la personalidad, un hábito -expone- tomado por muchas dictaduras comunistas del fascismo y el nazismo y con el que esos dirigentes han pretendido cubrirse con un halo de infalibilidad.

Son dos los tipos de liderazgo que existen, a juicio del autor: el «redefinidor», cuando «amplía los límites de lo posible en política»; y el «transformador», que marca la diferencia y «cambia el sistema político o económico del país».

A Deng Xiaoping también le atribuye el mérito de haber instituido una transición en el liderazgo del gigante asiático en la era postMao, consensuada mediante el doble mandato de cinco años.

Justo el que acaba de eliminar el actual mandatario chino, Xi Jinping, algo que tildó de «muy peligroso».

En su nómina de líderes transformadores, Brown incluye a Charles de Gaulle, Mijail Gorbachov, Nelson Mandela y al español Adolfo Suárez, de quien todavía hoy elogia su «diplomacia política» durante la transición española, que puntualiza admira por sus «habilidades» políticas.

Las que ahora echa en falta por ambas partes para «alcanzar un acuerdo» en el conflicto en Cataluña donde considera que es necesaria «menos intransigencia».

Como escocés y británico, este profesor de Ciencia Política distingue entre la consulta legal en Escocia y el referéndum ilegal en Cataluña, pero recuerda que los líderes británicos asumieron «concesiones decisivas» que -opina- propiciaron la continuidad de Escocia en el Reino Unido.

En cualquier caso considera la permanencia de Cataluña en España «mejor solución», pues previene la «creación de pequeños estados, lo que puede significar un retroceso».

En la exhaustiva lista de gobernantes del siglo XX que tipifica y repasa con detalle al analizar sus liderazgos en el libro no caben los modos autocráticos de «los hombres fuertes» más recientes como el turco Recep Tayyip Erdogan, el filipino Rodrigo Duterte o el húngaro Viktor Orbán, a los que considera «un peligro».

Ni tampoco Donald Trump, de quien dice que «no está preparado para el cargo que ocupa».

Como buen erudito británico le reprocha su desprecio por el «imperio de la ley y el proceso político» en la toma de decisiones, algo que reconoce le hizo ver Lee Kuan Yew, el fundador del moderno Singapur, sobre los dirigentes de la transición postsoviética.

Algo que ocurrió cuando Lee Kuan Yew le invitó a visitar la Ciudad-Estado para preparar su viaje a la Unión Soviética, al que Brown había comenzado a viajar en los años sesenta en programas de intercambio académico.

Y hoy, con el centro de atención mundial puesto en el Extremo Oriente admite que «es posible que salga algo», pero no duda de que el dictador norcoreano ya ha obtenido «prestigio» internacional.

Sonríe al observar la presencia junto a Trump de su secretario del Departamento de Estado, Mike Pompeo, y del asesor de Seguridad Nacional del presidente, John Bolton, otrora furibundos anticomunistas.

E ironiza al considerar que «Trump es blando con Rusia».

Como experto en política de la era soviética sostiene que las repercusiones de las actuales operaciones políticas y de propaganda rusas se han «exagerado» y añade que «los soviéticos invirtieron más dinero» en ese capítulo de sus relaciones internacionales.