Huracán de pesimismo
En esos días en que un huracán de pesimismo de categoría 5 atraviesa mi vida y estoy tan mal que solo soy capaz de ver el ataúd medio lleno, me pongo películas de Woody Allen para aplacar mi angustia y dejar de gritar que me incineren. Woody es magia. Una sola de sus frases le quita gravedad al mundo. «El universo desaparecerá y no habrá ningún lugar donde colgar el sombrero», dice en su autobiografía, para también recordarnos que dentro de 5.000 años el sol seguirá brillando y de nosotros no se acordará ni la madre que nos parió, que diría Alfonso Guerra.
«Autoayuda es Woody Allen quedándose con la chica. Y es Jep Gambardella venerando la belleza. Y cuando escuchas «New York, New York» en la voz de Sinatra y le tienes que seguir. Es salir a bailar. Es hacer listas de lo que te gusta hacer. Es Bach. Es la sonrisa monstruosa de Totoro. Y es el queso rico que compras para cocinar esa pasta que te sale tan bien», dice Marta Fernández en «No te enamores de cobardes.
Ahora que hay guerra y nos amenazan todos los días, uno se acuerda de lo que Woody dice en «Annie Hall»: «No me aceptaron en el ejército, fui declarado inutilísimo. Sí, en caso de guerra sólo podría ser prisionero.». Uno, que no sabe ni ponerle la funda al nórdico, no se ve muy ducho para sitiar ciudades o pasar una sola noche en el suelo de una trinchera, cuando se sabe que hasta el colchón de un buen hotel nos molesta. Woody es nuestra clozapina natural.
«La primera película que vi de Woody Allen fue en el cine Azul, en Gran Vía 76. Aquella sala fue construida en el solar que antiguamente ocupaba el Mercado de los Mostenses, y antes de denorminarse como yo lo conocí, se llamó Cine Belusia. En el año 1973 lo renombraron y remodelaron, siendo considerado por algunos el más cómodo de Madrid. Cerró en marzo de 2005, doce años después de que mi madre me llevara a ver -juntos y solos los dos- «Misterioso asesinato en Manhattan», top 3 segurísimo de Allen en cualquiera de las épocas de mi vida», escribe Alberto Moreno en «Las películas que no vi con mi padre», nuestro nuevo libro.
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