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Círculo de tiza: la editorial que confronta la mirada de los que viajan al mismo lugar

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Eva Serrano pasó varios años sucumbiendo a la procrastinación, no por falta de ganas, sino por miedo. Ella quería tener su propia editorial, pero trabajaba en comunicación empresarial, algo que combinaba con pequeños trabajos como lectora para varias editoriales. Al cabo de algunos años, acabó dejando su trabajo y se dedicó a leer. Tras colaborar con Alfagüara, Tusquets o Anagrama, estudió el máster de edición de la UAM. Solo le faltaba un peldaño para cumplir su sueño, pero le faltaba algo importante.

«No encontraba las personas adecuadas con las que embarcarme en este viaje, no sabía nada de organización empresarial, no tenía claro cuál era el sesgo que quería darle a mi catálogo y, sobre todo, estaba convencida de que no conseguiría autores», explica la editora de Círculo de Tiza a Yorokobu. La editora define aquel momento de su vida como «cuando uno se imagina viviendo en una isla porque le toca la lotería». Inalcanzable o, al menos, utópico. Ella misma había dibujado su propio círculo de tiza.

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Una amiga de Eva Serrano recibió un premio literario y lo que contó encendió la bombilla de la editora: «que la gente le preguntaba por qué se había puesto a escribir en lugar de buscar un trabajo ‘alimenticio’ y ella explicó que todos nos construimos nuestros propios círculos de tiza, que no son más que formas de protegernos del miedo o la repetición de ideas del tipo ‘esto no es para mí’, ‘nadie lee’, ‘las librerías cierran’, ‘la cultura no interesa’. Es decir, construcciones mentales para no hacer lo que realmente queremos. Un pánico paralizante antes de empezar». Serrano empezó a sentirse atraída por aquella idea.

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Todos los ingredientes necesarios para crear la editorial aparecieron como por casualidad hace dos años y esa vez sí supo lo que tenía que hacer para cumplir su «sueño largamente postergado». «Encontré profesionales que habían salido de editoriales después de la gran crisis que dejó a tanta gente valiosa sin trabajo y, poco a poco, juntamos entusiasmos y conocimientos, y nos lanzamos a editar», relata. Serrano, en aquel momento, no se había desprendido del miedo, pero contaba con el aliciente que hizo salir adelante la editorial: la ilusión.

Aunque la editora se había interesado por los círculos de tiza desde que escuchó a su amiga escritora, todo estalló un día en Barcelona, mientras hablaba con un amigo de esos con los que una sabe que nada puede salir mal porque ambas mentes parecen funcionar en paralelo y a menudo se manifiestan diciendo en voz alta lo mismo. «Los dos dijimos casi a la vez círculo de tiza sin haber hablado nunca antes de ese tema», recuerda. Aquello fue, para ella, «la confirmación de que ese era el nombre definitivo».

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«Como nadie te quiere, te tengo que querer yo». Esa cita, extraída de la obra de Bertol Brecth, marcó el catálogo de Círculo de Tiza, un catálogo que nace de la idea de un príncipe abandonado y sumido en la pobreza que no logra encajar las piezas de una nueva vida para la que cree no haber nacido. «De ahí surgió la idea de crear un sello especializado en periodismo literario, género epistolar, literatura de viajes, libros que las grandes editoriales dejan pasar sin darse cuenta de que son un tesoro que hay que cuidar», explica Serrano. Pero el catálogo de la editorial no tiene por qué ceñirse a la idea actual, como indica su nombre: «un círculo de tiza es algo que se puede borrar, para hacerlo tan grande como se quiera, en el que caben pocos o muchos, según sea el juego al que se quiere jugar».

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Los autores de Círculo de Tiza han trabajado tanto la ficción como la no ficción. Hasta la fecha, la editorial cuenta con autores como Leila Guerriero, Martín Caparrós, Antonio Lucas y Francisco Umbral, entre otros. Además de periodismo narrativo, Círculo de Tiza ha publicado varios libros sobre el proceso de la escritura explicado por Patricia Highsmith, Scott Fitzgerald o Dorothea Brande. Pero lo que ha convertido a Círculo de Tiza en un sello diferente y novedoso son sus libros de viajes a dos voces, unas ediciones muy cuidadas, con fotos e ilustraciones a color, en los que dos viajeros hablan del mismo lugar desde sus respectivos puntos de vista.

Hasta ahora cuenta con Melville/Darwin y Kipling/Nitobe, con sus respectivas miradas sobre Las Galápagos y Japón. Esta línea de libros de viajes de «doble mirada», a la que Serrano llama «frankensteniana», asegura, «es una idea original que hasta ahora no ha hecho nadie».

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Eva Serrano está encantada con la aceptación que están teniendo los libros de Círculo de Tiza, especialmente los de viajes «que confrontan dos miradas diferentes y opuestas sobre un mismo espacio». Se muestra orgullosa de contar con los que considera los mejores representantes del periodismo narrativo contemporáneo, pero, sobre todo, de haber rescatado a Francisco Umbral, al que considera «el mejor cronista de nuestro siglo».

La editora de Círculo de Tiza sabe que lo mejor está todavía por llegar. «Como dijo Nicanor Parra cuando le dieron el premio Cervantes y le preguntaron ‘¿cuál es su mejor libro?’: ‘el que me queda por escribir’», remacha.

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