El yin y el yang
Cuando Ursula K. Le Guin era joven, o quizá todavía una niña, veía a su padre leyendo un libro encuadernado en piel amarilla con caracteres chinos. Era el Tao Te Ching. El padre de Ursula tomaba notas de este libro milenario y misterioso. «¿Qué haces?», le preguntó un día a su padre. Y este respondió:…