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Extracto del medio de comunicación

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Para una editorial como Círculo de Tiza, especializada en ese género difuso que es periodismo narrativo, pero todavía con la ilusión exultante de los recién llegados, es un honor y un privilegio contar en su catálogo con un autor de la talla de Miguel Ángel Aguilar, uno de los grandes tótems del periodismo patrio, ese palabro antes proscrito y hoy sorprendentemente rescatado.

Sorpresa es lo que encontrará cualquier lector cuando se asome a las páginas de este libro, cuyo título, como todo lo demás, es fruto de la agilidad mental de su autor. Cada uno de los telegramas que se recogen en Pero qué broma es estaencierra una sabiduría destilada, un conocimiento preciso y afilado de un periodista de raza que sabe cada día a qué diana dirigir sus dardos, en una pirueta para la que hay que tener mucho entrenamiento en separar el polvo de la paja, la noticia que se esconde detrás de la anécdota, el gesto que alumbra una trayectoria o la llena de sombras, el milagro incluso de anticipar lo que aun no ha terminado de ocurrir.

La actualidad es Saturno devorando a sus hijos, un monstruo perseguido por Chronos que tritura titulares, sucesos y personajes esos que hoy acaparan la atención y mañana serán escupidos al olvido que, como decía Neruda, es tan largo. El periodismo, ese oficio de amanuense empeñado en dejar constancia de un presente efímero, es un trabajo cuyo mayor mérito consiste en resistir. Resistir para no caer en el desaliento en los momentos procelosos que siempre rodean a su figura del hombre o lamujer que miran. Resistir para no dejarse vencer por las presiones constantes de un poder omnímodo, empeñado en dictar para esconder una verdad que casi siempre es incómoda. Resistir, al fin, como Sísifo, para sobrellevar la maldición de mover una inmensa piedra hasta la cima de la montaña, y saber que antes de llegar, la piedra volverá a rodar hacia abajo.

Cuando esto se hace a diario, en un medio tan intangible como la radio, con las limitaciones a las que obliga la inmediatez y el tiempo, la tarea se presenta titánica. El oficio de Miguel Ángel hace fácil lo imposible. Toca cada día la tecla justa, con las palabras medidas, nada sobra, nada falta, en un ejercicio de contención al alcance sólo de unos pocos. Como un mecánica que llega a las tres de la madrugada en medio de un camino comarcal, levanta el capó y con una sola mirada ajusta un tornillo y el coche vuelve a funcionar. Hay que haber arreglado muchas averías para saber el tornillo exacto que hay que apretar.

Hemos recogido en este libro algunos de los telegramas más representativos que Miguel Ángel ha leído en el programa Hora 14 de la Cadena SER durante los años más duros de esta crisis que parece infinita. 2008-2016, los siete años de las vacas flacas de la maldición bíblica. Y por eso lo hemos subtitulado “Telegramas urgentes para el fin de una era”. Su lectura nos ofrece una visión rápida pero profunda de los acontecimientos que nos han dejado en este estado de perplejidad. Lo que venga después es una incógnita, un tiempo en el que nada volverá a ser igual. Pero estoy segura de que la voz radiofónica de Miguel seguirá contándonoslo con el mismo humor, la misma ironía y la misma lucidez.

 

Sobre el libro ‘¿Pero qué broma es esta?…

A quienes les guste la actualidad y el buen periodismo conocerán de sobra la veteranía y el saber hacer profesional de Miguel Ángel Aguilar

[Madrid 1943]. Como señala su biografía, Aguilar ha tocado todos los palos y medios. Desde el diario Madrid de sus comienzos hasta la dirección de Diario 16.

Ha sido corresponsal político y diplomático, miembro del comité editorial de El País y director de Información de la agencia EFE. También dirigió el diario El Sol y los informativos de fin de semana de la cadena Tele 5.

Es también Secretario General de la Sección.

Española de la Asociación de Periodistas Europeos y en la actualidad es presidente editor del periódico semanal Ahora y colabora en La Vanguardia, El Siglo, Cadena SER y La Sexta.

Toda su carrera profesional le avala pero en ¿Qué broma es esta? podemos disfrutar de la inteligencia y sagacidad de Miguel Ángel en pequeñas dosis y en estado puro. En los textos que componen sus telegramas “Miguel Ángel calibra cada palabra con la precisión de un físico en un laboratorio. Calcula el efecto de cada silencio. Y todo en menos de un minuto porque, como me enseñó un sabio de la radio hace muchos años “lo bueno, si breve, dos veces radio”, dice José Antonio Marcos, Director de Hora 14 de la Cadena SER.

Porque los textos de los telegramas han sido escritos para la radio y son las condiciones de este medio las que se imponen formalizando un estilo narrativo escueto y directo, de palabras contadas antes del twit.