Niños que no entienden nada
Llevar una vida sencilla. Alejada de las ambiciones. De las exhibiciones. De la ansiedad de los grandes éxitos. Una vida sencilla, sin demasiada prisa, sin acelerones, con espacios para pensar, para conversar, para mirar los detalles, para tomar consciencia del camino. Para mirar a los ojos. Para tocar al otro, abrazar al otro. Una vida…