Emily tiene 19 años, no conoce a su padre y está embarazada de siete meses cuando su novio la deja. Emily trabaja en un supermercado y sueña con otra vida, aunque no sepa cuál. Vive en un suburbio de Oslo, junto con inmigrantes y personas de destino incierto.
Emily es una de los miles de seres invisibles que pueblan las ciudades, una chica cualquiera que se mueve entre el desamparo y la esperanza. Porque Emily representa también la pureza de quien no tiene nada que perder en un entorno que no la ve, que no la verá nunca, pero que pese a todo, brilla.
Una novela sobre el amor, los prejuicios y las clases sociales, que María Navarro Skaranger, la joven revelación de las letras noruegas, describe con belleza y emoción, hasta construir la figura de una heroína que nunca sabrá que lo es.
“Siempre son esas chicas. Esas chicas con la mirada perdida y soñadora. Chicas que llevan botellas con rodajas de limón y un auricular en un oído, chicas que nunca hacen los deberes, chicas que acaban trabajando de cajeras en el súper.”
“Mírala, cuando sale con el carrito, esa persona invisible que podría ser cualquiera cuando sale del metro.
