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Jorge Bustos recoge en estas Crónicas biliares el estallido de su precoz vocación literaria. Y lo hace con la salvaje desinhibición de quien aún no ha tenido que someterse al cálculo, al interés o a la supervivencia.
Reveladores ensayos de juventud que se desbordan torrencialmente uno sobre otro para no dejar a nadie indiferente. Construidos con una mirada que abomina del conformismo, Bustos se nutre de sólidas raíces culturales y de sus muchas lecturas de niño raro, asiduo de Celine, Gombrowicz, Becket, Arrabal, Flann O’Brien o Vila-Matas, todo ello aderezado con un humor vitriólico y un asombroso manejo del lenguaje.
Las páginas de Crónicas biliares queman, con su feroz crítica a un mundo sin imaginación sometido a las absurdas leyes de la mediocridad. Son destellos plásticos de genialidad, juegos de palabras que buscan -y consiguen- la provocación, el asombro o el deslumbramiento. Un estilo al que el autor llamó durante un tiempo «periodismo lírico radical» y que desvela la mirada original de quien era entonces un joven airado y hoy, diez años después, es ya una de las voces más originales, libres y potentes del periodismo en España.
Un ejercicio estético que, en sus propias palabras, no hay que tomarse completamente en serio. Ni completamente en broma.
J.U. –
Recomendable
Íñigo Madrid –
Unos textos que nacieron en un período – como él afirma – airado y que vuelven a brotar en una etapa ya madura de su vida. Creo que soy el lector más joven de este libro, y con esa prerrogativa por delante, me atrevo a señalar estas letras cómo un potencial en el que – ojalá – proyectarme en unos cuantos años. Típica joya que hay que atreverse a leer. Un abrazo Jorge.