La Dominga

Mi abuela La Dominga le llevaba todos los días la comida a su hermano soltero. Desayuno, almuerzo y cena. Cogía la cesta, metía la olla y la tapaba con un paño de esos de cocina de toda la vida. De esa generosidad, de esa humildad, que viene de humus, de tener los pies bien anclados a la tierra,…

La decadencia era terrible

Cuando tengo sueños que me abren las entrañas en canal, me sirvo en medio de la noche un Drambuie y lo rebajo con White Label, como Saul Goodman. A menudo tengo sueños felices de los que no quiero despertar. Son sueños que me recuerdan que lo mejor ya pasó y que uno al final siempre…