Entradas del home

Elogio de hacer bien una cama

Lo mejor que me sale en la vida es hacer la cama. Le dedico tiempo, una media hora al día, a veces 29 minutos. Cuadro como nadie las sábanas. Alineo las almohadas. Aplano el edredón como si alisara con las manos una playa o la chaqueta que te pones rápidamente para firmar la herencia que…

Me había olvidado

Me había olvidado del primo de mamá que se lanzó al vacío desde el torreón de la muralla y del otro primo, de la familia de papá, que el año pasado de buenas a primera desapareció. Nadie nos lo había dicho, porque ya no tenemos apenas relación, al menos la relación estable de cuando los…

Enfadarse

La otra tarde nos enfadamos. Ella me dijo una cosa, yo le dije otra, y al final nos distanciamos. Me fui. Conduje varias horas. Aparqué en un arcén, miré vuelos para irme a otra ciudad. Vi la cartelera del cine. Lavé el coche. Pensé en no volver. Pensé un buen rato en cómo sería mi…

El proceso

Cuando veo por la calle a un cura o a un barbero me pongo rápidamente a la defensiva. Me pregunto si no irán camino de casa a quemarme las novelas subrayadas. Serán tonterías. Quizá es que me estoy rarificando con la edad. Donde antes intuía lo prosaico ahora simplemente sospecho. De pronto imagino que gente…

¡Qué sabe nadie!

La vida instantánea. Sé que no produzco mucho. Sé que no me estoy portando bien con el sistema. Intuyo que así no llegaré muy lejos. No me querrá muy pronto nadie. Mantengo cualquier esfuerzo a raya, a nivel del mar. No tendré una pensión digna porque me lo estoy currando poco. De todos modos hay…

Niños que no entienden nada

Llevar una vida sencilla. Alejada de las ambiciones. De las exhibiciones. De la ansiedad de los grandes éxitos. Una vida sencilla, sin demasiada prisa, sin acelerones, con espacios para pensar, para conversar, para mirar los detalles, para tomar consciencia del camino. Para mirar a los ojos. Para tocar al otro, abrazar al otro. Una vida…

Cambio de mentalidad

El verano envalentona. Rejuvenece como las cremas de la tele. Simula que te alarga la vida. Relaja tus miedos, tus debilidades. Perfecciona tu sistema innato de holgazanería, te da confianza como los vecinos de siempre y una tarde de esas en las que el sol hila su bola de reflejos azafrán sobre el mar, de…

Una casa para matarse

El calor hace de la rue Saint-Benoit una serpiente recién nacida de gelatina. Veo vibrar París desde el Café de Flore, mientras bebo, leo y a veces escribo. «Write drunk, edit sober», decía Hemingway, que, una vez,  en los lavabos del restaurante Michaud, en la rue Jacob con Saints-Peres, aprobó el tamaño de la polla…

Barbería

Bajo a cortarme el pelo cerca de casa. A quitarme la barba. Cuando me enjabona el cuello me acuerdo siempre del cuento. Especialmente cuando la navaja sube y baja por la garganta y hace sus pausas por el territorio de la yugular. Una distracción y estoy perdido, pienso. Mientras la navaja hace su peregrinación por…

La Dominga

Mi abuela La Dominga le llevaba todos los días la comida a su hermano soltero. Desayuno, almuerzo y cena. Cogía la cesta, metía la olla y la tapaba con un paño de esos de cocina de toda la vida. De esa generosidad, de esa humildad, que viene de humus, de tener los pies bien anclados a la tierra,…