Entradas del blog

Oler los libros

Empecé a leer por lo bien que olían los libros. Acercaba la nariz a ellos, deslizaba sus páginas con el dedo pulgar y empezaba a imaginar. El aroma de esos trocitos de árbol, de esa agua erguida que se nutre de luz, me abría a otros mundos, me sacaban de lo profano de la primera…

Las chicharras despreocupadas

El otoño es una cigarra callada. Un apagón de la estridencia. Un retorno a la luz templada y a la mirada contemplativa que guía hacia dentro, hacia el Atman. Para algunos pueblos orientales las cigarras, las chicharras, eran símbolo de eternidad y las tallaban en piedra de jade para ponerlas en la boca de los…

El coraje de escribir

Lo más difícil de escribir es ponerse a escribir. Dejar de divagar, perder el miedo y pasar a la acción. Hay quien olvida que los escritores son personas que escriben, que se sientan en el escritorio o debajo de un árbol y se dejan la vida. Allí, escribiendo, se conectan con ellos mismos, dejan de…

A nadar y a leer

Aquí naces y al rato ya estás nadando. Te echan al mar y lo haces tuyo para siempre. Es tu primer amor, un amor de espuma y luz que le da a tu vida un sentido, una orientación. Aquí, en este sur de agua dulce evaporada y olivos de sombra débil, te enseñan pronto a…

El mar, la mar

Al principio está el mar. Un hombre caminando por la orilla. Un anciano avanzando entre el rumor salinoso del agua y un aire solar de siglos. En los primeros versos de nuestra literatura está la cólera, la peste apolínea, la pandemia, la guerra y el fuego, pero también el mar, con su discurso de salitre,…

La intimidación de los teclados

Escribir una página al día. Eso era para Paul Auster una buena jornada de trabajo. Ocho horas de pura artesanía. Ocho horas repitiendo cada párrafo entre diez y quince veces, arreglando las oraciones, escuchando el ritmo, jugándose la vida en cada línea hasta conseguir que lo escrito se pareciera a una composición musical, una pieza…

El día del gran disgusto

El columnista Manuel Vicent tiene una peculiar forma de felicitar el Año Nuevo a su amigo Raúl del Pozo. Nada más que se ven, Vicent le suelta: «Raúl, este año palmamos». Del Pozo le responde: «Manolo, no me jodas. Vamos a durar cien años». Vicent, al que le encanta ver la cara de pánico que…

Quedarse en cama

Como esta Semana Santa sólo se podía ir a las procesiones en submarino, me he quedado en casa practicando el noble arte de estar acostado. Nada que no puedas hacer en una cama, dijo Groucho Marx, merece la pena hacerse, algo que sabían bien artistas como Matisse, que pintaba tumbado en ella, o Marcel Proust,…

A la hora de la cena

Los principales enemigos del escritor John Cheever eran el alcohol y él mismo. Se abrazaba a una copa buscando liberarse de sus culpas, de sus remordimientos. En una de las entradas de sus diarios escribe: «Me tomo otra copa y me como el bistec. Es de noche. Me acuesto y duermo profundamente por no decir…

El escondrijo de Montaigne

Un poco antes de la crisis de los 40, Michel de Montaigne, el padre de los essais, harto de los yugos, las esclavitudes y los afanes públicos, se retiró al segundo piso de la torre familiar de la Dordoña y se consagró a la libertad, la tranquilidad y el goce del estudio. Talló en las…